martes, 27 de diciembre de 2011

double helping of common reality

La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder; y define improbable como algo verosímil que no se funda en una razón prudente. Cuando me pongo a escoger, a mi me gusta mas la improbabilidad  que la imposibilidad; como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica, que un afroamericano habitara en la casa blanca era improbable, pero sucedió, Nadal desbancado del número uno a Federer, una periodista convertida en princesa. El amor, las relaciones, los sentimientos no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es por definición, probable.


Y que lo que es casi seguro que no pase es que puede pasar mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.